MAÑANA. Sin movilización, esperan un acatamiento total a la medida
Cuarto paro general de la CGT contra Macri
Luciano Bugner
Un lejano 29 de agosto, la Confederación General del Trabajo resolvió, tras el plenario de secretario generales reunido en La Fraternidad, parar mañana por 24 horas. Aquel miércoles, mediante un comunicado, la central obrera describió la situación del país como “una peligrosa deriva económica- social”. Una rápida y simple recorrida de los últimos tiempos pone sobre la mesa la devaluación del peso, una inflación descontrolada, el acuerdo con el FMI, la destrucción de los ministerios de Trabajo, Salud y Energía, y el aumento de la pobreza.
Los números que salen desde Balcarce 50 lejos están de contentar a la sociedad. A modo de ejemplo, en el segundo trimestre el desempleo dio 9,6% y fue el pico más alto en los últimos 12 años. Tal como indicó BAE Negocios, las últimas cifras oficiales mostraron que ante la caída del salario real mucha gente salió a buscar empleo para complementar el ingreso de los hogares, que sólo algunos lo consiguieron y que, de ellos, la mayoría accedió a uno precario. La ecuación es sencilla: en el último trimestre aparecerán números más preocupantes.
Factores clave, la industria y el comercio.
“El empleo está atravesando una curva descendente como consecuencia de la destrucción de puestos de trabajos formales y no formales, multiplicándose en forma aritmética la generación de trabajo precario, lo que se puede observar en cada región del país”, indicó el comunicado que la CGT emitió a fin del mes pasado.
El triunviro Héctor Daer resumió, días atrás, el contexto con un juego de palabras: “Tenemos que parar en un país que está parado”.
El último jueves, el Indec informó que la población económicamente activa es de 46,4%, lo cual muestra un crecimiento de 1 punto interanual. Ese número representa tanto a los que están dentro de la población ocupada como a los desocupados. En esa línea, la población ocupada dio 41,9% y mostró un crecimiento año a año de 0,4%. Los desocupados -que son considerados dentro de la población activa porque buscaron empleo- dieron 9,6%.
Como dato anecdótico, mientras el 29 de agosto se desarrollaba el plenario en La Fraternidad -con la presencia de 117 secretarios- a pocas cuadras de allí, el Ministerio de Trabajo, hoy rebajado a la catogoría de secretaría, presentaba un informe sobre el empleo.
El mismo subrayaba la pérdida de 106.200 puestos de trabajo en el primer trimestre.
En detalle -según el equipo de Jorge Triaca– entre mayo y junio la industria perdió 7.800 puestos; la actividad inmobiliaria 5.300; comercio sufrió una baja de 4.400; y la construcción tiene 4.700 empleos menos.
“Exigimos la pronta reactivación de la obra pública, como gran sustento de la inversión del Estado, que permite no sólo mejorar la calidad de vida de aquellas comunidades a las que va dirigida, sino también la generación de fuentes de trabajo genuinas, en forma directa e indirecta”, es uno de los pedidos de la central obrera.
Al panorama se le suma la inflación descontrolada -lejos quedó la meta del 12%, teniendo en cuenta la proyección anual que sería del 42%-, la crisis en la educación, la reducción de ministerios y la devaluación del peso. Este punto tiene un capítulo, al menos, novedoso.
El miércoles que la CGT presentó el plan de lucha, el dólar cerró en $34,50. Al otro día subió un 16% y escaló a los 42 pesos.
La pobreza también preocupa al gabinete y hace reaccionar a la CGT.
“Este año va a estar arriba de 2014 y 2015”, aseguran desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina.
La semana pasada, en tanto, el Indec especificó que una familia necesitó $20.868 para no ser pobre en agosto, mientras que la línea de la indigencia se ubicó en $8.347.
La cuarta huelga La primera medida en su contra que sufrió Cambiemos llegó el 6 de abril de 2017, es decir, a 483 días de sentarse en Balcarce 50.
Pérdida de poder adquistivo y caída del consumo, los justificativos.
Ocho meses más tarde -el 18 de diciembre del mismo año- la CGT lanzó su segundo paro. La ley de reforma previsional, el caballito de batalla. La medida tuvo una particularidad: comenzó en horas del mediodía sin la adhesión de la UTA, por lo que hubo transportes públicos.
El tercer paró llegó el 25 de junio pasado, con las miradas puestas en Rusia. La inflación descontrolada y las negociaciones paritarias cerradas en un 15% hicieron que las calles, en forma de reclamo, se encontraran vacías. Aquel día adhirieron todos los sindicatos y movilizaron las organizaciones sociales.
Mañana llega la cuarta huelga a Mauricio Macri, quien sufrió un paro cada 8 meses. En palabras de la CGT, “el modelo sindical argentinos es capaz de coadyuvar a salir de esta encerrona en la que los trabajadores son, sin lugar a dudas, quienes sufren las peores consecuencias.
De no ser consideradas estas propuestas, la deriva de los acontecimientos sólo nos llevará al naufragio nacional”.
“El paro es porque no se aguanta más este programa económico, con estas instrumentaciones, donde lo único que se aspira es poner en orden las cuentas sin tener consideración sobre lo social” JUAN CARLOS SCHMID
“Va a ser un paro contundente, con 100% de adhesión. Espero que el gobierno escuche el mensaje” CARLOS ACUÑA
NO HABRÁ NINGÚN MEDIO DE TRANSPORTE PÚBLICO, Y SE ESPERA UN PARATE EN TODAS LAS ACTIVIDADES.
Servicios afectados por la medida de fuerza
1 Colectivos
2 Trenes y subtes
3 Taxis
4 Aviones
5 Clases
6 Comercios
7 Bancos
8 Hospitales
9 Combustible
10 Camiones