Desde hace al menos 20 años ronda en Mendoza la idea de reactivar una vía más rápida y segura de comercio con Chile, desde que hizo su último viaje el tren que recorrió el camino cordillerano hasta 1984
Múltiples firmas y convenios binacionales se anunciaron para avanzar con la obra que hoy está presupuestada en más de U$S3.500 millones y que demandaría diez años de construcción. Sin embargo, nunca se determinó si la obra era realmente rentable. Las objeciones al proyecto que presentó la empresa Tecnicagua surgieron desde Argentina y Chile, pero es este último el que más reservas tiene a la hora de encarar la megaobra.
Esta semana, en el marco del Ente Binacional del Ferrocarril Trasandino (Ebifetra), se consensuaron las observaciones al informe final del proyecto Túnel de Baja Altura-Ferrocarril Trasandino Central, se instruyó a los equipos técnicos de ambos países a elaborar un cronograma de trabajo para la recepción de las propuestas del proponente con el fin de contar con un documento consolidado que permita expedirse sobre la factibilidad del proyecto y se acordó efectuar un llamado a manifestación de interés que permita disponer de un registro de empresas nacionales e internacionales interesadas en la ejecución. También se llamó a consensuar el documento definitivo que permita dotar a la Ebifetra de la capacidad jurídica necesaria para las etapas siguientes.
A mediados de noviembre se abriría el juego en Santiago, haciendo la Manifestación de Interés internacional donde se precalifican grupos de empresas interesadas en la obra.