La semana próxima el Senado debatirá el proyecto, ya votado por diputados
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Las huelgas no lograron frenar el avance de la iniciativa
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, puede la próxima semana torcer el brazo de los ferroviarios galos, cuando el senado debata y previsiblemente convierta en ley el proyecto de reforma de la empresa estatal SNCF, que fue aprobado esta semana por la cámara baja.
El proyecto obtuvo la media sanción con 452 votos a favor, 80 en contra y 27 abstenciones, y será girado al Senado, donde tendrá lugar el de la semana próxima jueves una votación final.
Si la votación, como se espera, es positiva, puede constituir un punto de inflexión en la lucha del empresariado francés por doblegar los más duros sindicatos heredados del estado de bienestar francés de posguerra.
Hasta este momento, los ferroviarios vinieron resistiendo las propuestas de negar las garantías de trabajo y pensiones a los nuevos ingresantes a la empresa, y también los intentos de transformarla en sociedad anónima, que ven como un paso a la privatización.
Los dirigentes sindicales no están solos en su resistencia. Pese a que las huelgas ya llevan 30 días desde principios de abril, los votantes apoyan sus planteos, según una reciente encuesta citada por la agencia de noticias DPA.
Ese apoyo no solo se da pese a las complicaciones derivadas de las huelgas sino también pese a una insistente campaña oficial que desde la conducción de la SNCF hace notar que los ceses de actividad ya han costado 400 millones de euros.
El gobierno plantea que la deficitaria SNCF, un bastión del movimiento sindical que aún disfruta de cierta aureola de heroísmo por su protagonismo en la “resistence fer” contra la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial, necesita recortar costos.
Además, Macron indica que los trenes de Francia deben flexibilizarse antes de que el mercado ferroviario de pasajeros de la UE se abra a la competencia.
Los líderes sindicales se negaron a admitir que habían sufrido una derrota parlamentaria, y anunciaron que las huelgas continuarán como estaba previsto hasta el 28 de junio.
“Esta huelga está lejos de terminar”, dijo Philippe Martínez, de la línea dura CGT, el mayor sindicato del sector público de Francia.