Cuando llegó la privatización en los ’90 nos dejaron solos, el único gremio que enfrentó al menemismo fue la Fraternidad
Es justo que el Gobierno nacional admita que el servicio de trenes vía Quilmes, hacia y desde La Plata, es el ramal más postergado de todo el sistema. Se viene prometiendo su electrificación desde hace décadas, llegó el momento de concretarlo. El proyecto en desarrollo beneficiará en el incremento de frecuencias de servicio y tiene ventajas técnicas, como ejemplo, el tendido del cableado es por catenaria (aéreo) lo que permite aprovechar mejor la energía. Verlo en desarrollo nos recuerda que con la dictadura del ’76 y el menemismo, el desguace ferroviario fue total y en todas las líneas. Bastardearon la idea de que los micros y colectivos complementaran al tren. Se avanzó en la competencia desleal de los camiones, colectivos, y combis no autorizadas contra el tren. Factores de económicos de peso no dejan lugar a la discusión: hay que tener en cuenta que las empresas de micros no pagan seguridad por ejemplo. La otorga el Estado, sea nacional, provincial o comunal. Los semáforos, calles y puentes son mantenidos también por esos Gobiernos. Todo eso, en la órbita del tren lo paga el ferrocarril. La deducción es simple, tenemos como país la necesidad impostergable de una ley de transporte federal. En el ramal vía Quilmes del Roca padecieron y padecen lo que se describe. Hay que sentarnos a una mesa, los que gobiernan, los sindicatos y por supuesto representantes de los pasajeros para solucionar esto.
Cuando llegó la privatización en los ’90 nos dejaron solos, echaron a miles de compañeros y el único gremio que enfrentó al menemismo fue la Fraternidad. Paramos 45 días y la respuesta del poder fue echar a 6.900 trabajadores, quedaron 2.100. El actual ministro Florencio Randazzo debe recordarlo, porque ya era funcionario en aquellos años. Hoy redoblamos la apuesta, sin rencores, queremos integrar a todos los transportes para que nadie se quede sin trabajo.
*Secretario general de La Fraternidad