Córdoba aseguró que «hizo todo para frenar el tren»; señalaron la falta de inversión
En su primer día de alegatos, la defensa del motorman Marcos Córdoba, que conducía el tren chapa 16 que colisionó en la estación Once el 22 de febrero de 2012, apuntó a la concesionaria TBA y al Gobierno como responsables de la tragedia en la que murieron 51 personas. La abogada del maquinista, Valeria Corbacho, aseguró que su cliente «hizo todo lo que tenía que hacer para detener el tren» y agregó que «conducía una chatarra con ruidos». «El Estado no controló. No rescindió el contrato con TBA. La seguridad era el principal problema porque estaba todo mal. La plata sobraba, pero no se verificaba en qué se invertía el subsidio», dijo la abogada. Durante su larga exposición ante los magistrados del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2, cuya audiencia continuará el próximo lunes, el maquinista se mantuvo sentado en la misma hilera, con la vista fija hacia adelante. La defensa aseguró que el mal estado de los trenes había sido advertido a la concesionaria desde 2009 por el gremio de La Fraternidad. «Recién después del accidente el Estado decidió ocuparse de lo que no había hecho antes. Quieren lavar las culpas con eso y acusar al motorman, que trabajaba de acuerdo con las condiciones que imponía la empresa», enfatizó Corbacho. La letrada hizo referencia a los informes difundidos por la Auditoría General de la Nación (AGN) que mencionaban las supuestas falencias que tenían los trenes del Sarmiento en los sistemas de frenos y velocímetros, entre otros. «De haberse adoptado sus recomendaciones, varios incidentes podrían haberse evitado, incluso esta tragedia», aseguró Corbacho. En buen estado Respecto de la salud de Córdoba al momento del accidente, la defensa resaltó, tras enumerar detalladamente los distintos estudios a los que fue sometido y sus respectivos resultados, que el motorman «se encontraba en perfecto estado, no había bebido alcohol ni tomado sustancias tóxicas». Y agregó con ironía: «El que estaba enfermo era el sistema ferroviario. El chapa 16 era un paciente terminal». Antes de finalizar la jornada, Corbacho se explayó sobre la velocidad que llevaba el tren en el momento de la colisión y, luego de mencionar las explicaciones de los peritos durante la etapa de instrucción, enfatizó: «No quedan dudas de que el tren chocó a 20 km/hora». Corbacho también hizo referencia a las falencias de los compresores de los coches. «La propia empresa reconoció que con menos compresores se tarda más en frenar. Eso afecta el frenado y hace más lenta la recuperación del sistema», dijo ante los magistrados. La fiscalía pidió para Córdoba tres años y ocho meses de prisión por «estrago culposo agravado». LA NACION | Buenos Aires | Choque de tren en Once.