La construcción del Paseo del Bajo supone una multimillonaria inversión que se financiaría a través de la Corporación Puerto Madero con aportes de la Nación y la Ciudad.
Por un lado, con un crédito por 400 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento, mientras que los otros 250 millones de dólares vendrían de una decisión que puede traer polémica: la venta del playón ferroviario que queda al lado de Catalinas Norte, donde se autorizaría la construcción de oficinas.
Ese predio tiene 90.000 metros cuadrados, y si se permitiera el mismo tipo de construcciones en torre que hoy tiene Catalinas, podrían edificarse hasta 250.000 m2.
El predio hoy corresponde a la Nación, como todos los terrenos ferroviarios. En la Ciudad afirman que hoy el valor es nulo, y que todo el dinero de la venta se usaría únicamente para el Paseo del Bajo.
En mayo de 2009 la Legislatura porteña aprobó que se subastarán tres terrenos en la zona entre Leandro N. Alem, Córdoba y Madero. En ese momento, la operación se justificó en que el dinero recaudado se usaría para invertirlo en edificios escolares. La primera subasta se concretó en diciembre de ese año, y se obtuvieron $ 95 millones que pagó el grupo IRSA. En junio de 2010 se vendió la segunda parcela por $ 181 millones, al empresario Eduardo Constantini. La tercera fue rematada en noviembre de ese año, por $ 110 millones que puso el Banco Macro.